Nuestra vida vale lo que Dios nos ha permitido lograr.

Nuestra vida vale lo que Dios nos ha permitido lograr.

Darlene:
Toda la gloria es de Dios, todo pertenece a Él, y si haz nacido de nuevo, tú perteneces a Dios; me da escalofrío nada más de pensar que Dios es mi dueño, Él puede hacer lo que Él quiera en mi vida. Y quiero decirles que la gloria es de Dios, todo lo que hemos logrado en esta vida es porque Dios es nuestro Dios, no por otra cosa, y si tú piensas que has logrado mucho, piénsalo otra vez porque realmente Dios es el que hace y deshace; hay veces que pienso que soy mucho y luego me veo delante de Dios y digo: no soy nada. Y quiero que sepan que no son nada delante de Dios, pero Él puede hacer lo que Él quiera si tú pones en manos de Dios tu vida, puedes lograr lo que Dios quiere, y eso es otra cosa, porque los logros del mundo a veces traen tristeza, pero lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas hace otra cosa en nosotros, si damos toda la gloria a Él porque a Él pertenece la gloria, no a nosotros, a Él nada más. Dios es tu dueño y Dios es tu Dios, Él te ama y quiere lo mejor para ti déjalo hacer lo que Él quiere, no lo que tú quieres, pero lo que Él quiere en tu vida.
Xavier:
Creo que lo ideal es saber que delante o no de Dios no somos nada. Si tu te comparas con alguien más puedes pensar ser superior o puedes pensar ser igual o puedes pensar ser inferior, yo conozco personas que nunca se han sentido superiores, que tienen todo, pero en un abrir y cerrar de ojos le dieron las noticias de que les quedan pocos días de vida, y se encuentran en la situación de ¿qué hago? Tienen todo y se han dedicado a lograr todo lo que querían, han sido los mejores en su rama, han sido los mejores dentro de su campo de trabajo, han logrado dinero, muchas cosas, y al final de cuentas todos valemos lo mismo: nada, bueno, de acuerdo a la ciencia creo que valemos como treinta pesos, como un dólar y noventa y tantos centavos, pero en realidad es que nuestra vida delante de Dios y delante de la gente, debe de valer lo que Dios nos ha dejado hacer y lo que Él nos ha permitido lograr y no lo que hemos logrado nada más porque a final de cuentas es lo que podemos presentar delante de Él.